martes, 20 de abril de 2010

Sed de Mal


Con seguridad existen los perros. Mira ese hocico que la oscuridad no te deja ver, esos ojos de vidrio delante de los tuyos para que no veas nada. Mira ese ladrido que siempre te acompaña, esa sed que baja en los colmillos de tu pan de cada día. Mira esa pequeña figura en la otra orilla, no la ves pero la sientes como una mordida negra y apaleada.

Con seguridad los perros van por ti. Míralos mirar la ausencia de tu odio: su alimento. Mira ese horizonte hundido –crees que te acercas a algún sitio– sólo son sus lomos indicándote el camino, el regreso, el tamaño de tu dicha. Los perros cargan con tus huesos y te devuelven ceniza, la rabia de su rabia envenenada. Los perros se lamen en tu sombra y no los ves. 

Con seguridad los perros son los mismos. Reproducen tu silencio a dentelladas, salen de sí mismos con tu ayuda ciega, se quedan ciegos de verte tan oscuro. A eso han venido, míralos. Ladran. Ganan millones en la farsa de sus patas traseras. Huelen tu cadáver, te llevan el periódico, te sepultan en tu casa. En algún lugar los alimenta tu muerte.

Mira esa sed de los perros que te rondan. Ya no ves nada, no te importa la jauría. Su lengua te lastima y los perdonas. Celebran con tu carne y los perdonas. Su muerte ya no es nada comparada con la tuya. 

3 comentarios:

  1. me encantó la fuerza expresiva y la originalidad del tema! saludos

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  2. Qué maravilla de poema. Instant classic. Apenas para estos días navideños.

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  3. si maria.... ese dia de esta noticia pense mucho en toda la gente k conocimos x estos rumbos

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