martes, 15 de noviembre de 2011

Felicidades al Prócer

(aquí no es como en la Feria del Libro: la entrada es gratuita)
(clic en el cas)

1 comentario:

  1. Como lo dije en el blog de Cinearte, lo repito aquí:
    No es que quiero atravesar el caballo a este tema, pero por el cariño que le tengo a este blog, me permito transcribir algo que escribí en mi blog sobre Leonardo Favio en su muerte:

    Era mi primera novia y al mercado salió la canción de Leonardo Favio titulada O quizá simplemente le regale una rosa. Uno compraba el disco de 45 rpm (revoluciones por minuto), y le daban una rosa plástica de obsequio. Se lo compré a mi novia juvenil y también me acerqué a Leonardo Favio como algo más que canciones románticas. Supe de su cine, supe que se enfrentaba a la dictadura militar de su país, Argentina, y que le prohibieron hacer cine. Por eso se dedicó a cantar. Fue perseguido, amenazado de muerte, exiliado. Cuando cayó la dictadura, dejó de cantar y volvió al cine, buen realizador. Luchó también contra el cáncer. Las pocas películas suyas que he visto tienen un gran compromiso social: Crónica de un niño solo, por ejemplo, de 1965. Fue muy amigo del inolvidable padre Carlos Mugica, sacerdote de la Teología de la Liberación y del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo, quien fue asesinado por el grupo fascista Triple A (Alianza Anticomunista Argentina). Leonardo Favio se vinculó a favor de los sindicatos y, con el sétimo arte, fue parte del grupo Cine de Liberación (nada menos que con Fernando Solanas, Gerardo Vallejo, Octavio Getino y jóvenes cineastas argentinos y uruguayos). De este Leonardo Favio no habla la prensa de espectáculos ahora que anuncia su muerte a los 74 años. Es del que quiero hablar yo. Ah, y sobre mi primera novia, es posible que deba regalarle otra canción de Favio: Ella ya me olvidó.

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