domingo, 27 de septiembre de 2009

RES NON VERBA


NO A UNA MUJER PRESIDENTA


Hay que ser muy machista, misógino y degenerado para atreverse a escribir una columna en contra de que las mujeres alcancen la presidencia de un país, pero habría que ser todavía más depravado para preguntarse que cuál es la ganga. Solo a un canalla anarquista muerto de hambre le traería sin cuidado si es una mujer o un hombre quien quiere gobernarlo porque aquel simplemente no quiere que lo gobierne nadie. Hay que ser un retrógrado, un cavernícola y un invertebrado mental para creer que así como la Naturaleza no tiene moral, el Poder no tiene sexo; que sexo tienen las personas y el Poder, ideología. Solo un auténtico troglodita, un fariseo y un comunista podría afirmar que, puestos a gobernar, entre un hombre y una mujer no hay diferencias sustanciales, no debería haberlas. ¡¿Cómo que no?! No faltaba más.

En tales circunstancias, solo un mamarracho enajenado dudaría. Por eso la necesitamos a Ella: para que no nos quepa la menor duda. Porque esta mujer, como presidenta, sería un gran hombre.

Una mujer, Ella, sabe lo que es el amor incondicional porque la naturaleza verduzca de su país la bendijo con la posibilidad de ser un miembro más. Por eso gobernaría con el corazón. Y encima con uno que dice sí, sí, sí.

Hay que ser una vil rata, una basura, una escoria social para creer que una mujer no puede gobernar con más malicia que un hombre, incluso con más impunidad que un par de hombres sin cabeza. ¿Acaso no se dan cuenta de que con Ella en la presidencia también se podrían dar en concesión las guarderías, las maternidades y los salones de belleza? ¿Acaso no suena bonito Guarderías del Sol?

Las mujeres adornan con su sola presencia pero tenerla a Ella de adorno, por cuatro años, en Casa Presidencial… ¡Ella sería la Reina de la Casa! Son tantas las ventajas que, ¡uuufff!, incluso si el Estado se hace laico ni se notaría, porque generalmente estas divinas criaturas, damas de la política, hasta se parecen a los curas… usan indistintamente enaguas o pantalones, crucecitas de oro en el pescuezo y se escabullen de opinar con la misma muletilla: que la familia es la base de la sociedad. ¡Estas mujeres que aman demasiado al prójimo suspiran hasta en los peajes! ¡Cuánto amor derramado en actos concretos y asfaltados! ¡Ellas son la primavera de la política! Y además, las mujeres nunca se tiran pedos.

Una muerte súbita merecería el asqueroso cerdo subnormal que creyera que ser mujer es una tarea antes que una vocación. No entender que una señora como Ella es preferible a cualquier otra, especialmente a alguna de esas ingobernables que se pasan la vida revolviendo moldes pero no de repostería, sino criticando y poniendo en duda su condición, como las feministas, las putas, las lesbianas desenclosetadas, las madres solteras, las sindicalistas… esas hordas de mujeres rabiosas a las que la experiencia y la vida les pasa por el cuerpo… esas necias incómodas que han experimentado un proceso de descomposición semántica y usan la palabra mujer como si fuera un verbo y no como lo que es… un adjetivo.

Habría que ser una auténtica mierda de persona, un terrorista y un puto sapo ignorante para sostener que, en cuestiones de política, un falo es igual a dos ovarios. Porque claro, una entrepierna vale más que mil palabras.

No, no, no.  Ha llegado la hora de escupir ese mascado cliché porque ha llegado la hora de jamárnosla a Ella.

Solo un bruto, un cínico y un ateo sería incapaz de valorar y comprender y sopesar y agradecer el enorme sacrificio que significa para una mujer tal candidatura. Porque cualquier mujer, óigame bien, cualquier mujer, antes que presidenta, preferiría por mucho ser ministra. En el primer caso, lo que le dan es una silla… ¡en cambio si es ministra le dan una cartera! 



10 comentarios:

  1. montero, maría, acá el presidente(a) del club de fans

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  2. OK... entendí toda la ironía y el sarcasmo. Pero sigo sin entender el por qué pareciera que cuando se escibe desde cierto lado particular de la banca, la innecesaria insistencia en los insultos elucubrados, en groserías engalanadas con palabras que parecen tan pensadas que se nota que salen pujadas como en un forzoso intento de demostrar que por mi dominio del lenguaje tengo en el cerebro la inteligencia que le falta al desprecio visceral.

    Querida colega. Pa'qué gastar pólvora en zopilotes, decía mi abuela. Más se gasta en matar las pulgas que lo que valía el perro.

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  3. Jajajaja...

    Con tal de "apiarse" al orejas, a cualquiera se "echan", en eso del "fuego cruzado"...

    Si la candidata hubiera sido negra, ¿qué se hubiera escrito?

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  4. Espectacular, María. Te pasaste... dónde se firma el charter del club de fans?

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  5. ¡qué bueno...! todo lo que era si acaso inefable, ha sido exquisitamente propuesto al manjar...

    saludos

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