Edita: Fundación
Arias Para la Paz y el Progreso Humano
Se
acerca el aniversario del histórico referéndum del TLC, un domingo 7 de
octubre, y aparece en las librerías y pulperías de nuestro país una joya
literaria. El autor no necesita
presentación: es Kevin Casas, aquel cuyo correo electrónico privado al entonces
presidente de la República se hizo público; un correo donde le sugería hacer un
uso estratégico y malvado del miedo, para persuadir a sus compatriotas de votar
sí al TLC.
El
afortunado lector que se sumerja en las páginas de “Yo, el Apóstol del miedo”
no sabrá al principio si Kevin Casas está arrepentido de su comportamiento de
marras o si, por el contrario, sigue defendiendo su derecho a usar su
privilegiada inteligencia con los fines que sean. El lector no lo sabrá al
principio ni tampoco al final, porque Casas parece haber escrito este libro
para pedir que lo perdonen por algo de lo que él no se arrepiente. Todo un acto
de amor.
Kevin
Casas es un “experto en miedo”, dice sin ironía Fernando Sánchez en el prólogo
del libro. ¿Fernando qué? Fernando Sánchez, ese primo no tan lejano de Óscar
Arias que firmara el memorándum junto con Casas y que a veces nos regala con
sus ideas en la Página 15 de La Nación. Kevin Casas
sería un experto en miedo en un país de cobardes. “En Costa Rica la inseguridad
no es una percepción, es una institución”, nos dice en las páginas centrales
del libro. Una institución de la cual él podría ser el Director Honorífico. “El
miedo es lo que al final ha metido a Costa Rica en el mundo”, afirma hacia el
final del libro, “el miedo a ser pobre, el miedo a ser polo, el miedo a no ser
blanco, son las palancas que hay que usar para que Costa Rica se levante”,
concluye.
Un
gran libro este, una flor en el ojal que se pone la Fundación Arias cuando nos
aprestamos a celebrar el tercer aniversario del Referéndum del Miedo, aquel
apoteósico domingo 7 en que los costarricenses le dijeron al mundo: “Nosotros
también queremos nuestra tajada de pastel” y con el dedo aún manchado de tinta
tras haber votado, abrimos las manos para recibir el derrame de riquezas que
nos ha traído el TLC.
¿Por qué el Partido Liberación Nacional —un partido con trayectoria
progresista— ha enmudecido ante el tema del matrimonio entre personas
del mismo sexo? ¿Por qué no aprobó la creación del Estado Laico? Tanto
Premio Nóbel, tanta globalización, tanto TLC, tanto progreso, pero
siempre aderezado con ese discurso religioso populachero, de “Tatica
Dios nos bendiga” o “implóreselo a La Negrita”. ¿Por qué?
La primera razón, obvia, es para no perder su electorado, pues los
liberacionistas asumen (con fundamento) que sus electores son personas a
las que les falta en educación lo que les sobra en religiosidad. Así de
irónico: ellos mismos saben que quien les ha dado el voto y el poder es
una chusma beata, retrógrada, iletrada y con un espíritu religioso
rayando en la superstición.
Otra razón posible por la que el PLN le da tanta pelota a Dios y tan
poca a sus pobres criaturas es el chantaje de la mano taimada de la
Iglesia Católica. No nos referimos ahora a la mano pedófila, sino a la
otra, a la mano que gusta de los anillos de oro, de la buena comida, de
las sotanas de buen fieltro inglés. Según anuncia esta semana The
Transatanic Review, en unos días hará públicos unos videos donde constan
las presiones que ha ejercido la Iglesia Católica sobre el gobierno
tico. Más exactamente, sobre los hermanos Arias, porque como todos
sospechamos, la Presidenta Chichilla está ahí como esculpida en piedra,
le pasa como a La Negrita y a muchas mujeres en nuestro país: todos las
adoran así quietitas y calladitas, y solo van donde ellas a pedir algo
lloriqueando.
Estas serían las razones evidentes de tanta complacencia del Estado
costarricense con la Iglesia Católica. Pero la bomba que va a soltar The
Transatanic Review es el desvelamiento de los mecanismos secretos y
perversos de la campaña homófoba que se está llevando a cabo, no solo en
Costa Rica, sino en el mundo entero.
En el editorial de la revista, la directora dice tener en su poder un
video grabado a hurtadillas en una reunión ultrasecreta entre la alta
jerarquía eclesiástica y algunos políticos costarricenses. Dicha reunión
habría tenido lugar en la finca La Catalina, Heredia, a la hora del
“brunch”. Del visionado de la cinta se desprende que los altos mandos de
la Iglesia Católica sí tienen interés en que se legalice el matrimonio
entre homosexuales, pues ven en ello lo que podría considerarse “el
inicio del fin” del libertinaje homosexual. Partiendo de la idea
hegeliana de que toda idea contiene el germen de su propia destrucción,
la Iglesia Católica estaría interesada en dar carrete a los homosexuales
del mundo, pues en esa misma medida podrá articularse la represión que
les deparan.
No estaba la Presidenta Chinchilla en esa reunión, “ni falta que
hace”, comenta alguien fuera de cuadro en la cinta. Al selecto grupo de
políticos y curas costarricenses le acompañan miembros eclesiales
españoles, cosa que no es de sorprender, pues es en el mismísimo
obispado de Madrid donde se habría gestado tal trama brillante y
homófona, digna del privilegiado cerebro de Rouco Varela, obispo de
dicha ciudad.
La estrategia que urden quiere animar el descaro de los homosexuales;
que se pongan en el escaparate, que se dejen llevar descuidadamente por
sus “desviados instintos” y entonces agarrarlos desprevenidos. De ahí
el nombre de la Operación: “A las puertas del clóset” (“A las puertas
del armario”, en España), pues la idea es promover que los gays salgan
del clóset para después aplastarlos como a chinches. Como se permitió
bromear uno de los asistentes a la reunión mientras saboreaba un
gallopinto: “Que los maricones salgan del clóset en bikini, que nosotros
les estaremos esperando en la puerta con un garrote para darles por la
nuca”. Otro asistente a quien aún no se ha logrado identificar le sigue
la broma: “Bueno, mientras sea por la nuca… porque si les das con el
garrote por otro lado al rato les gusta”. Se escuchan risas y se respira
un ambiente distendido; casi se puede apreciar el aroma del café recién
chorreado y del opíparo desayuno, a pesar de lo macabro del “meeting”.
No hay mujeres en la reunión, pero alguien hace un juego de palabras
(que no se escucha bien) indicando que da igual la ausencia de féminas,
que bastante tienen con las tortillas que hay en la mesa. Entre bromas y
chascarrillos homófobos, se deja claro que la Iglesia Católica
permanecerá férrea contra las uniones homosexuales, pues con esto
alimenta el odio, “que como todos sabemos mueve más que el amor”,
comenta alguno con claro acento gallego. Según los expertos que están
analizando la cinta, podría tratarse del propio Rouco Varela.
Con este imaginativo
eslogan llegará a Costa Rica y Honduras la cirujana de fama internacional Dra.
J. Mamaria, ofreciendo su novedosa intervención quirúrgica “La flor en el
ojal”. Por una módica suma (de dinero en efectivo, eso sí), extraerá (removerá,
como dirían los intelectuales de Miami) el himen de las vírgenes de forma
indolora e inodora.
¡Dejar de ser virgen ya no será un trauma, ni siquiera una
leve molestia!
Y para esos maridos o
padres románticos, ofrece como parte de la oferta la conservación del himen en
ámbar o enmarcado en platino o asbesto, según tu presupuesto. El himen podrá
ser conservado como lo que es: una reliquia sagrada. El padre que añora la
virginidad de su primogénita, puede llevarse a casa el himen de su hija
petrificado en ámbar y usarlo como llavero; o en platino, y usarlo como marca
páginas de la Biblia o lo que sea que esté leyendo en ese momento.
Este mes de
setiembre, Mes de la Independencia, el Tamal de Peluche se suma a la campaña de
la Dra. J. Mamaria por la Conservación del Himen y anuncia que habrá ofertas
para todas las vírgenes que vengan acompañadas de una amiga, ojalá virgen
también.
Desde el Tamal de Peluche queremos felicitar hoy a la sociedad hondureña que, con sus avanzados golpes sanitarios, fortalece los mejores valores de la democracia regional, permitiendo que Honduras siga a la vanguardia del subdesarrollo!
El
concepto de autoestima sobrevive sólo por los rendimientos monetarios que trae
consigo. Pero eso de tener que autoestimarse es, más que una necedad, un
agotamiento y una frustración. Yo vivía bien conmigo misma hasta que me empezaron
a bombardear con eso de que una tiene que quererse, una tiene que gustarse
(gustarme yo… que le encuentro defectos hasta a Jennifer Connelly), una tiene
que respetarse una misma (esto definitivamente sí que no lo he entendido nunca,
¿tiene connotaciones sexuales?), o eso de que una tiene que saber estar sola o
peor: disfrutar de estar sola. A ver cómo es eso de disfrutar sola y a la vez
respetarse.
Yo
vivía más tranquila y en paz cuando no me preocupaba por eso de autoestimarme. Y
en ese sentido, era también menos nociva y menos agresiva con el prójimo. De
hecho, desde que se puso de moda el imperativo de “quererse uno mismo” odio más
a la gente. Eso de quererse uno mismo es algo que se hace para que se enteren
los demás, si no, qué más daría.
Quererse
uno mismo, además de dificilísimo e innecesario, es engañarse uno mismo, que es
ya lo que nos faltaba. Qué estrés. Ni a solas puede una relajarse y dejarse
sentir lo que sea que sienta, incluyendo desprecio por una misma, frustración
por ser baja, gorda o una cuarentona nulípara. A esta vida actual de
apariencias y qué dirán, añadamos esto de tener que estar fingiendo respeto y
amor propios. Ya no hay intimidad.
Últimamente todo es tan confuso… Hay
opiniones sobre todo y para todo. Gente racista, gente comunista, gente contra
el aborto, gente a favor del aborto, gente capitalista, gente ecologista, gente
contra la minería, gente contra el incesto, gente contra la pedofilia, gente
contra la homosexualidad, gente a favor, gente en contra, gente a favor, gente,
gente, gente en todas partes, opinando, dudando, apoyando, acusando, señalando.
Gente, multitudes, masas, esto es la rebelión de las masas que anunciaran
Ortega y Gasset al unísono, porque ellos eran como vos y yo, oh Cabezón,
siempre firmaban todo juntos.
Aquí en España he venido a descubrir
que yo soy “abortista”, palabra atroz que resuena a médico nazi con guantes de
látex, ¿verdad? Pero no soy abortista porque promueva o aliente el aborto, sino
porque sería incapaz de prohibirle abortar a una mujer. O dicho de otra forma:
no me puedo imaginar a una mujer embarazada a la que se obliga a seguir
adelante y parir. Qué horror sin fondo. No, no puedo obligar a una mujer a
seguir adelante con un embarazo que no desea, existiendo los avances médicos
para evitarlo.
También me siento incapaz de entrar a
discutir si el aborto es un asesinato o no. Aún más, oh Cabezón teñido y
planchado, te diré que obviamente hay algo vivo que es aniquilado. Pero
justamente no me puedo parar a pensar eso porque es tan inconducente como
discutir si Dios existe o no; y porque en última instancia, sea como sea, no
puedo torturar a un ser humano sometiéndolo a un embarazo y una maternidad no
deseados. Yo nunca –lo que se dice nunca– he querido ser madre. Sería una de
mis peores pesadillas verme obligada a serlo… o que por no serlo tuviera que
desistir de llevar una vida sexual… que es como decir desistir de la vida
misma, para mí.
Cabezón, nunca te lo había dicho pero yo
no puedo estar contra esa cosa espantosa que es el aborto porque he abortado y
lo volvería a hacer. Yo estuve en ese infierno de verse embarazada sin querer, y
lo que moralmente no puedo es negarles ahora a otras esa intervención que salvó
mi vida, tal como yo la entiendo.
Buenos
días y que Dios los cubra con sus bendiciones. Perdonen pero si me hubiera dado
cuenta antes de lo poco serio que sonaba lo de “Tamal de Peluche” no habría
enviado la carta esa que envié por medio de ustedes a la mismísima Presidenta
de la República. Les escribo para rogarles que la retiren de la web; vieran la
sarta de calamidades que se me han venido encima en el barrio por esta gracia.
Mi prima Fernanda no ha parado de reírse y dice que esto me pasa por pola y
racista. Fue ella la que me dijo lo de que el ejército gringo era un atajo de
indios y negros bembones, pero diz que me lo dijo porque sabe que soy una
racista, que si fueran todos altos, rubios y de ojos azules seguro me iba yo ya
mismo a Golfito a ver qué agarraba. Diay, no digo yo que no. Pero diz que me lo
dijo así para hacerme reflexionar, dice ahora, para que yo entienda que los
gringos ya no son carne de cañón, sino que a los sitios peligrosos mandan a los
latinos, por si se forma la balacera que nos matemos entre nosotros. Dice Fefa que
yo soy guapa pero tonta, y que cómo no entendí el tono con que lo decía, ni yo
ni nadie, porque dice Fefa que ella alucina cómo la gente se para de uñas
porque yo llame a los negros bembones y no porque hay 7000 soldados yanquis en
nuestro país. Que por cierto aquí en el barrio va en serio que deberían
mandarnos un pelotón del ejército porque nos vamos a matar entre todas. Ahora
Yamileth, mi vecina la que está con un gringo, pues me ve y tuerce la cara, dice
que para empezar ellos no están juntados sino prometidos, o sea a punto de
casarse, lo que pasa es que a ella no le quisieron dar la visa para ir a
Wichita. Y dos: ahora dice que yo lo que quiero es robarle al gringo, que
perdón pero nada que ver, déjenme decirles que ese gringo buena gente sí es,
pero tiene una vara rara en la piel, para mí que ese señor está enfermo grave,
ya me entienden.
Bueno,
la otra que ahora la agarró conmigo es Hillary, la cajera del Sindy que ahora
sabe con nombres y apellidos a quién le dio sin querer cinco mil pesos más en
el vuelto. ¿Me han de creer que me enjachó? Iba yo toda linda a devolverle esa
plata como le había prometido a la señora Presidenta en la carta, cuando veo a
la chavala haciéndome trompas y exigiéndome el dinero, y con esos modos, no,
así no le devuelvo nada. Dice Fefa que a ver si aprendo que en este país es
mejor quedarse callado; que es más difícil poner de acuerdo a cuatro millones
de ticos que a cuatrocientos millones de gringos. Bueno, lo otro que tengo que
confesar es que no soy una madre divorciada de cuarenta años, sino madre
soltera. Es la verdad y prefiero decirlo yo antes de que corra Yamileth con el
cuento, que ya me amenazó con hablar de mí en este Tamal. ¿Por qué no lo dije,
por qué dije que estaba divorciada? Diay, la verdad estoy demasiado
acostumbrada a la cara como de asco o desprecio que me pone la gente cuando
digo que tengo tres hijas de dos padres distintos y que nunca me casé. Vean, yo
por mí hubiera tenido siete hijos, a mí me encantan los güilas y los momentos
en la vida en que he estado más feliz y divina es cuando he estado panzona o con
un bebé colgando de una teta. Yo por mí me hubiera dedicado sólo a ser madre,
diga lo que digan Fefa y una socióloga que a veces viene al barrio a hablarnos.
Dice Fefa que mis hijas son divinas pero son los tres grandes errores de mi
vida, me dice, que una tica de cuarenta sin hijos es ya casi una europea, me dice.
¿Y a mí qué?, le digo yo. A-mí-me-gusta-ser-madre, le repito bien clarito. ¿Qué
es la vara, que hasta ese gusto se lo van a quitar a uno por ser pobre y del
Tercer Mundo? La misma Fernanda me dice que en Suecia le pagan a las mujeres
por cada hijo. O sea, aquí a uno le cobran los hijos, mientras que en Suecia
más bien le pagan. Diay, no me extraña; será porque nosotras parimos ticos y
ellas, suecos. Nosotras traemos al mundo ticos que ya no les dan visa ni para
España, que terminan de estudiar a los dieciséis y después si les va bien
terminan pegados a un teléfono hablando en inglés, y ellas dan a luz suecos,
que a los dieciséis ya hablan dos o tres idiomas, estudian hasta casi los
treinta y si les va bien trabajan por su propia cuenta y se mueren sin saber lo
que es un jefe.
Es
lo que yo trataba de expresarle a la Presidenta en mi carta, pero ser pobre y
sin estudios es un círculo vicioso, que llaman. Yo quería expresarle esta
desgracia moral en que estamos nosotros, la gente de barrio. El problema en
este país no es el narcotráfico, el problema somos los pobres, y no sé qué van
a hacer al respecto 7000 soldados gringos. Los ticos somos ahora unos
ciudadanos de segunda, o de tercera, más bien. O de cuarta categoría. Menos mal
en este barrio tenemos el templo “No sufras más”, donde nos tratan sin asco,
sin desprecio, nos hacen sentir los seres más importantes y hermosos de la
creación. Yo voy mínimo tres veces por semana. Es lo que me mantiene sin
depresión. Dice el Pastor que me olvide de los soldados. Ahora vamos a hacer
una rifa para comprar un aire acondicionado.
Bueno,
señores, espero retiren mi carta y ni se les ocurra publicar nada mío nunca
más. Dice Fefa que a ver si entiendo de una vez por todas que si uno quiere que
le hagan caso y lo oigan tiene que decir lo que los demás quieren oír. O sea,
que usted podría gritarles: “¡Ey, negros de mierda, que vienen los ingleses a
robarlos para venderlos como esclavos!”, y los negros dirían: “¿Cómo que negros
de mierda?”, y no escucharían la segunda parte de la frase. Tendría que haber
aprendido a hablar correctamente. Imagino que así se llega a Presidenta.
Jenny Cubillo
PD:
Ahora todo el barrio me llama “Jenny Cubillo, la que se peló el culillo”.
Yo nunca había escrito una carta así,
ni siquiera sabía que se podía. Qué vergüenza con usted, mi hija me corrigió
las faltas de ortografía.
Viera qué alegrón de burro me llevé el
otro día. Yo entendí que desde Estados Unidos iban a venir a Costa Rica 7000 maridos y no 7000 marines. Yo estaba fascinada, porque
viera lo que es tener hijas jóvenes y casaderas en este país; aquí no hay
hombres, doña Laura, no hay hombres para mis hijas y no le digo ya hombres maduros
para una madre divorciada de 40 años, como yo. Yo decía toda feliz “esto sólo
se le podía ocurrir a una presidenta mujer” y me arrepentí de no haber votado
por usted. A buenas horas se lo confieso, pero yo no voté por usted porque yo
veía como que usted no era nadie, no tenía trayectoria política ni nada, con
los temas polémicos nunca decía ni sí ni no, en fin, usted no decía ni esta
boca es mía pero ahí estaba a candidata presidencial y a mí me sonaba rarísimo,
usted era toda complaciente, algo así como una geisha de la política, espero que geisha se escriba así, a mí quién me
tiene usando palabritas de domingo.
Y en eso cae la noticia de los
supuestos maridos, y yo ya nos veía a mis hijas y a mí con tres machitos
divinos, aseados, bien peluqueados y trabajadores. Sería la envidia, porque una
vecina mía se juntó con un gringo y qué le diré, ahí está el gringo todo el día
con gorra subido en el techo tapando goteras o haciendo el jardín, incluso
arregló él solito y sin pedirle plata a nadie unos huecos que había aquí en la
entrada de la calle. Pero como le digo, alegrón de burro o de burra, porque
vino mi prima Fernanda y me aclaró la cosa, que lo que van a venir a Costa Rica
son 7000 soldados y me dijo, encima, que eso era una calamidad. Mi prima no es que
sea la gran cosa, pero ahora con eso de la globalización y los medios de
comunicación y la cooperación internacional y no sé qué más, cualquier
zampaguabas ha viajado y resulta que mi prima Fernanda, Fefa, como la llamamos,
estuvo en Iraq.
Ay, doña Laura, viera lo que viene
contando mi prima. Dice que eso de que el ejército gringo venga a proteger a un
país no es ninguna ganga. Dice que los iraquíes incluso tienen un dicho que más
o menos viene a decir: “Si ves venir al ejército americano, vete poniendo
vaselina en el ano”. Dice que eso no lo dicen los comunistillas frustrados de
toda la vida, o los ateos o los terroristas, sino que hasta los mismos gringos
saben que donde estuvo su ejército, cenizas quedan. Ah, y por cierto, dice
Fernanda que si alguien se está imaginando 7000 machitos de ojos azules que se
vaya olvidando. Que eso es en las películas o cuando va la prensa a hacer
fotos. Ahora el famoso US army es un atajo de indios y negros bembones, que con costos
tienen la dentadura completa.
Doña Laura, yo le ruego que reconsidere
eso de dejar entrar así tan a piernas abiertas al ejército gringo. Piense en el
daño que le está haciendo al país. Yo estoy segura de que usted sabe que esto
es terrible, pero decía Fefa que un ser humano no aguanta vivir con tanta culpa
y entonces inventa argumentos para darse la razón él mismo. Fefa decía eso y yo
calladita acordándome que el otro día en el Súper Sindy la cajera se equivocó y
me dio cinco mil pesos más, y yo estuve pensando ir a devolver esa plata pero
rapidito me convencí de que si el destino así lo había querido sería por algo,
sería porque yo me merecía ese tucán, figúrese, vea cómo es cierto eso de que
uno remienda la conciencia en un tirito con tal de caer en la tentación. Hoy
mismo voy a devolver esa plata.
Yo le pido que reconsidere. No sé hasta
qué punto depende de usted, porque si ha llegado a Presidenta así como así, al
rato es porque usted no tiene mucha vela en el entierro. Pero por favor
medítelo, cómo va a traer uno un ejército a un país para mantener la paz, es
una contradicción, me doy cuenta hasta yo que no terminé el colegio. Por favor,
no trate de salvar su conciencia sino al país. Es usted la que manda, o se
supone. Bueno, doña Laura, escuche los ruegos de una madre desesperada. ¿Qué
país le estoy dejando a mis hijas? El otro día la mayor me dijo que iba a
trabajar en un call center
y a mí se me cayó el alma al suelo. Para eso parí tres hijas. Pura mano de obra
barata es lo que le he dado al mundo. Para eso me empunché en que hablaran
inglés, qué ingratitud. No sé si se da cuenta de que al final lo que va a pasar
es que la gran vergüenza va a ser ser tico. Ser costarricense es hoy día ser un
ciudadano de segunda. Eso es lo que hay que arreglar.
Me despido con el alma en un hilo.
Jenny Cubillo
PD: A veces pienso que tanta desgracia
en la vida me empezó cuando a mis tatas se les ocurrió ponerme Jenny.
El TAMAL DE PELUCHE
se complace en presentar (en 'introducir', que dirían los intelectuales de Miami)
el…
Nuevo Gabinete Ginecológico de la Dra.
Taras Vulva
(¡y de paso se une a los festejos universitarios por la llegada al poder del profesor Fragomeno!)
La Dra. Taras
Vulva, nicaragüense -aunque no de Nicaragua misma- compartirá con las asiduas
lectoras del Tamal su bagaje de conocimientos ginecológicos, avalados por la Price Smart University. Todas sus
consultas serán bien recibidas y respondidas en su debido momento. No olviden
que entre todas las participantes se sortearán premios (ver final de este
artículo. Aplican restricciones).
Hola, amigas,
improbables lectoras:
Un saludo cariñoso a
todas. Quiero dedicar esta primera entrega a hablar justamente de eso: de la
entrega. Nuestro cuerpo de mujeres es una máquina maravillosa y lo más
maravilloso de esa máquina es la vagina. Debemos recordar siempre, cada día,
que el Señor (y los señores en general) quiere que seamos generosas,
entregadas. Debemos compartir nuestro cuerpo y nuestra vagina con todo aquel
que la necesite, sin distinción de raza ni credo. La vagina es el origen de la
vida. Debería ser también el final, ése es el largo desafío al que nos
enfrentaremos juntas.
El tip de hoy
Una vagina debe estar
en forma, debe ser ágil y musculosa. Una sencilla práctica que puedes realizar
en la tranquilidad de tu hogar es la de fumar en pipa con los labios vaginales.
Puede que al principio te parezca imposible, pero con un poco de práctica lo
conseguirás, ¡terminarás por encontrarlo divertido!, algunas mujeres consiguen
hacer incluso aritos de humo. Si no te gusta el tabaco, puedes probar con hierbas
aromáticas, como el Pino Salvaje o el Roble Tieso. No olvides enviarnos una
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Lean mañana: Canibalismo Vaginal, un precioso legado Y pasado mañana: Del silbido al chiflido por la vía rápida