Últimamente todo es tan confuso… Hay
opiniones sobre todo y para todo. Gente racista, gente comunista, gente contra
el aborto, gente a favor del aborto, gente capitalista, gente ecologista, gente
contra la minería, gente contra el incesto, gente contra la pedofilia, gente
contra la homosexualidad, gente a favor, gente en contra, gente a favor, gente,
gente, gente en todas partes, opinando, dudando, apoyando, acusando, señalando.
Gente, multitudes, masas, esto es la rebelión de las masas que anunciaran
Ortega y Gasset al unísono, porque ellos eran como vos y yo, oh Cabezón,
siempre firmaban todo juntos.
Aquí en España he venido a descubrir
que yo soy “abortista”, palabra atroz que resuena a médico nazi con guantes de
látex, ¿verdad? Pero no soy abortista porque promueva o aliente el aborto, sino
porque sería incapaz de prohibirle abortar a una mujer. O dicho de otra forma:
no me puedo imaginar a una mujer embarazada a la que se obliga a seguir
adelante y parir. Qué horror sin fondo. No, no puedo obligar a una mujer a
seguir adelante con un embarazo que no desea, existiendo los avances médicos
para evitarlo.
También me siento incapaz de entrar a
discutir si el aborto es un asesinato o no. Aún más, oh Cabezón teñido y
planchado, te diré que obviamente hay algo vivo que es aniquilado. Pero
justamente no me puedo parar a pensar eso porque es tan inconducente como
discutir si Dios existe o no; y porque en última instancia, sea como sea, no
puedo torturar a un ser humano sometiéndolo a un embarazo y una maternidad no
deseados. Yo nunca –lo que se dice nunca– he querido ser madre. Sería una de
mis peores pesadillas verme obligada a serlo… o que por no serlo tuviera que
desistir de llevar una vida sexual… que es como decir desistir de la vida
misma, para mí.
Cabezón, nunca te lo había dicho pero yo
no puedo estar contra esa cosa espantosa que es el aborto porque he abortado y
lo volvería a hacer. Yo estuve en ese infierno de verse embarazada sin querer, y
lo que moralmente no puedo es negarles ahora a otras esa intervención que salvó
mi vida, tal como yo la entiendo.
Fdo,
El Mechudo
me gusta mucho este blog
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